Crecí...

Creo que la primer cosa palpitante que se plasmo en el libro de mi esquizofrénica vida, fue cuando me levantaron al cielo y con un grito enérgico y bizarro silbaron a la tierra mi nombre, exhibiéndome ante ella por primera vez, enseguida me bautizaron con mezcal y me espolvorearon la tierra que me vio nacer, impregnándose toda en mi inexacta anatomía, eclipsándome para la eternidad con el color de mis raíces.

Después paso el tiempo, mucho tiempo, y paralelamente a las manecillas de este moribundo reloj el tono de mi piel fue cambiando, ahora soy gris, tratando de descubrir ¿dónde quedo varada toda esa tierra?, se fue desprendiendo cada grano de mi y ni cuenta me di, pero ahora que lo asimilo fue así:

Crecí entre aviones inocentes de papel delgado y transparente más no tardaron en decirme guerra, crecí en un patio baldío cantándole a una bandera que se balancea en el aire de puro dolor, crecí idolatrando héroes falsos disfrazados de carneros, crecí sometida a una leyenda y si en verdad digo leyenda puesto que la mierda que existe en ella no suele ser del todo cierta , crecí absurda creyendo en lo imposible, fue cuando vi que todos quieren verte bajo tierra ,porque arriba está la mafia cubriendo opacando nuestros sueños , más arriba están mis metas en una disputa a lado de la tv contaminando mis oídos, ignorantes nos creen, políticos antagónicos creando en mi rutina leyes, reglas absurdas para su beneficio, haciendo al rico más rico, al pobre más pobre y a los de clase media un poco más jodidos, manipulados por monopolios deformando las cabezas haciéndole corto circuito al poder de hablar y de actuar a la revolución personal, creando monstruos que diario nos devoran uno azul, uno rojo y el otro amarillo, mareándonos con vírgenes adulteradas, dioses que no saben perdonar y guías espirituales intolerantes, creando un país de personas irreales basadas en un aspecto ajeno sin condimento, superficialidades nos rodean siendo estatuas de un territorio que ya no nos pertenece , que aviones y revolvers destrozaron.

Cada pizca de tierra, cada grano, cada pedazo era una pequeña partícula de mi que en conjunto me formaba, eran fragmentos de voz, de canto, de sangre, de maíz, de barro, de pulque, de tequila, de tortilla, de llanto de Chaak, de quetzal, de jarana, de un cuarto menguante, de opresión, de xoloitzcuintles, de chocolate, y de muchas voces postergadas de la memoria de mi patria, miro enfrente y ya no están mis metas, mis sueños, esta la realidad, un país en decadencia, está el hambre, esta un hombre culpable de todo esto y al mismo tiempo inocente de todos los modos, mentes negras ,voces enmudecidas por el sosiego de su pueblo, pero queriendo gritar, más no me rindo me mantengo constante, le escupo al sistema, le tiro mierda y no dudo que es tiempo de desempolvarlas y entonados con ellas le cantemos a la libertad, transformándola en nuestra realidad…